Cándida intestinal ¿Cómo se cura?


Candida intestinal

La candidiasis es una infección que afecta al intestino delgado causada por diversas variedades de cándida, parásitos de ‘hongos’, especialmente Cándida albicans, aunque existen unas 150 especies de cándidas distintas. La Cándida albicans es una levadura que reside en nuestro tracto intestinal y si todo va bien vive en armonía dentro de nosotros y cumple sus funciones de mantener el equilibrio intestinal, eliminar restos de carbohidratos mal absorbidos, absorber cierta cantidad de metales pesados para evitar que entren en nuestra sangre, y mantener el pH de nuestra sangre en equilibrio.

La candidiasis surge cuando por varios factores se deprime el sistema inmune y se desequilibra la flora intestinal, causando el crecimiento excesivo de esta levadura.

Factores desencadenantes de la candidiasis

  1. Exceso de azúcar, bebidas alcohólicas, levaduras, trigo y carbohidratos simples y refinados. Este tipo de alimentos, a parte de alimentar la cándida directamente hacen aumentar los niveles de glucosa en la sangre, que también hará que se alimenten.
  2. Consumo de peces de piscifactoría, porque están intoxicados con mercurio y alimentados con soja transgénica, trigo y restos de animales muertos.
  3. Exceso de carne no ecológica, debido a las hormonas y medicamentos con los que son alimentados los animales de granja convencionales.
  4. Consumo de embutidos, porque están repletos de azúcar, lactosa, conservantes, colorantes y otras sustancias tóxicas.
  5. Uso de antibióticos, porque destruyen la flora intestinal bacteriana pero no la candidiasis; otros medicamentos como la cortisona, que deprimen el sistema inmune; o los anticonceptivos, que destruyen nutrientes como la vitamina B6, que es indispensable para un sistema inmune saludable.
  6. Falta de nutrientes. Es más común la candidiasis en personas que no siguen unos buenos hábitos de alimentación, ya que sufren malas digestiones, fermentaciones, carencia en la absorción de los nutrientes, o subidas y bajadas de azúcar en sangre, de modo que al final terminan con un sistema inmune totalmente debilitado.
  7. Carencia de enzimas digestivas y ácido clorhídrico. Cuando segregamos pocas enzimas tenemos malas digestiones, se fermentan los alimentos en nuestro interior y sufrimos putrefacción intestinal. Entonces irritamos la mucosa intestinal y desequilibramos la flora, dando pie al sobre crecimiento de levaduras como la cándida.
  8. Uso y consumo de agua del grifo, ya que tiene cloro que destruye la flora intestinal, y flúor que deprime el sistema inmune.
  9. Estrés prolongado en el tiempo. Cuando nos estresamos el cortisol y los niveles de glucosa en sangre aumentan, y por otro lado se deprime el sistema inmune y se destruye la flora bacteriana intestinal.
  10. Embarazo o niveles elevados de progesterona. Durante el embarazo los niveles de progesterona aumentan, induciendo a las glándulas endometriales a producir glucógeno, lo cual favorece el crecimiento de las cándidas vaginales. Por otro lado, unos niveles altos de progesterona pueden provocar resistencia a la insulina, causando un exceso de glucosa en la sangre y favoreciendo el crecimiento de las cándidas.
  11. Diabetes y obesidad.

Síntomas de sufrir candidiasis

El hongo cándida suelta toxinas en el torrente sanguíneo y tiene un efecto devastador en el sistema nervioso y el sistema inmune; afecta al bienestar físico, mental y emocional. Cuando la cándida se apodera de nuestro cuerpo, nos pide de manera ansiosa hidratos de carbono y dulces, lo que aún la alimenta más y consigue proliferar de tal manera que agota el sistema inmunológico.

La candidiasis se origina en primer lugar en los intestinos, y luego puede ir a cualquier otro órgano y parte de nuestro cuerpo.

Algunos de los síntomas que podemos tener si sufrimos de candidiasis son: depresión; ansiedad; baja autoestima; cansancio incluso a pesar de haber dormido 8 horas; dificultad para tomar decisiones; confusión mental; ansiedad por dulces y carbohidratos; dolor de cabeza; malestar general; lengua blanca; exceso de histamina; permeabilidad intestinal; gases y flatulencias; fatiga injustificada; manos y/o pies fríos; diarreas y/o estreñimiento; distensión abdominal; ardor estomacal; reflujos ácidos; sensación de embotamiento; formación de gases después de las comidas; sensación de hinchazón al comer o poco después; mareos; retención de líquidos.

Se pueden diferenciar dos tipos de personas con candidiasis:

  • Personas con evidencias claras de candidiasis en la vagina o la boca, con enfermedades del sistema inmune, embarazadas, diabéticos o pacientes con cáncer que están en tratamiento de quimioterapia.
  • Personas que sufren candidiasis crónica con una sintomatología menos “clara” pero que tienen algunos de los síntomas que describo a continuación: Insomnio, infecciones crónicas, alergias, picores vaginales y/o anales, afonía, congestión nasal, falta de equilibrio, vértigo, síndrome premenstrual, desequilibrio hormonal, erupciones frecuentes, aftas bucales, acné, uñas quebradizas, hongos en las uñas de las manos o de los pies, lengua blanca y seca y/o pastosa, anemia, debilidad al saltarse una comida, sueño después de comer, sudor nocturno, infecciones frecuentes de los senos nasales o los oídos, conjuntivitis, infecciones del tracto urinario (cistitis), problemas renales, dolores articulares y musculares.
Dr. Carlos Román.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Talento nacional de exportación

Opciones para detener la caída y daños en el cabello

Cápsula Photon